“Cervantes espía, envidioso, la regalada existencia de Lope de Vega. El carece de capacidad para introducirse como lacayo entre la nobleza. Lope de Vega, que ha sabido rodearse de bienestar, expresa su burguesa tendencia al bienestar en un verso, que tino no sabe si admirar por su cinismo o candidez respecto al juicio del futuro:
Mas tengo un bien tantos desfavores que no es posible que la envidia mire dos libros, tres pinturas, cuatro flores.
Cervantes, tras de los postigos de su casa, casi frontera a la de Lope, observa entrar allí las actrices que el dramaturgo convence para que acepten los favores del duque de Sessa. El Manco aborrece a su vecino, lo cree el autor del Quijote apócrifo, le lanza indirectas en un prólogo del Quijote, y Lope desprecia a este soldadote grosero, cuyo trato rehuye numerosa gente, pues se le conoce oficio de rufián.
Despectivo y malévolo, se pasea entre ambos el cojo Quevedo. Quevedo habita en una callejuela que nace entre la casa de Lope y Cervantes, como arranca el mango de hierro de un martillo. Quevedo se burla despectivamente de esta gentuza; él es un señor, Señor de la Torre de Juan Abad, y el Cojo pavonea su sangre azul entre estos miserables literatos que se disputan los mendrugos de la nobleza. Quevedo y Lope no se estiman mas se tratan, y he aquí por qué. Ha perpetuado este recuerdo, un verso humorístico de un anónimo de la época:
Hoy hacen amistad nueva más por Baco que por Febo
don Francisco de que bebo y Félix Lope de beba.
A cien metros de allí, se encuentra el convento de la orden Trinitaria, donde suele ir a rezar Góngora. Góngora, por su categoría de eclesiástico, goza de un-mediocre pasar y desprecia profundamente a estos truhanes que emborronan resmas y más resmas de papel. Lope corresponde al esquivo eclesiástico, escribiendo un verso en el cual le trata indirectamente de judío:
Yo te untaré mis versos con tocino por que no me los roas, Gongorilla.
Tal es la hemosa vida que cumplen los genios del siglo de oro español.”
"El Barrio De Los Genios" Aguafuertes Madrileñas-Roberto Arlt, 1/4/36
Lope de Vega el payador, aquél de la larga fama, murió cantando su amor como el pájaro en la rama.
ReplyDeletePor su parte, Cornelio de Cervantes Saavedra era un buen muchacho pero lo perdía la ( primera ) junta.
De Góngora y Quevedo no diremos nada. Por ahora...
Los que eran jodidos eran Cabildo y Juramento.
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