"Varear una potranca" termino turfistico que se usaba en mi infancia para decir que ibas a pasear con una mina. Gardel, que era gigolo de la viuda de Chesterfield, el de los cigarrillos, decia "Tengo que ir a sacar al perro".
Permiso...wow... entré para dejar un comentario pero paso mas tarde, me he quedado sin palabras y voy a ver si en el kiosquito de la esquina venden sueltas. ¡Que flash!
Aquí estoy de nuevo: Al Chavo, cuando se emocionaba, se le cruzaban las palabras. Me acuerdo que una vez vio un platillo volador y gritó -¡Un volillo plateador!-. Ahora también recuerdo a un amigo que entró exaltado al bar, le pregunté que le pasaba y me contestó descontrolado -¡Me bicicleteó una tropelleta!-. A mi también me suele ocurrir, por ejemplo cuando me veo ahí, potranquiando esa varea...perdón... variando esa potranca, me emociono. Gracias Oscarcito.
Grandes palabras, Tomas. Hoy llego el Menchi Sábat que trajo un libro que le hicieron en Portugal que es para chuparse los dedos y me mostro sus pinturas recientes que no sabes lo que son! Un maestro el hombre!!
"Varear una potranca" termino turfistico que se usaba en mi infancia para decir que ibas a pasear con una mina.
ReplyDeleteGardel, que era gigolo de la viuda de Chesterfield, el de los cigarrillos, decia "Tengo que ir a sacar al perro".
El Tomi acá siempre fue un "adelantado"...
ReplyDeletePermiso...wow... entré para dejar un comentario pero paso mas tarde, me he quedado sin palabras y voy a ver si en el kiosquito de la esquina venden sueltas. ¡Que flash!
ReplyDeleteel Tomi cambió de peinado y usa corbata. Cómo se pianta la vida.
ReplyDeleteVarear la potranca cuando es la querida y tengo que sacar al perro cuando es la esposa jojojojo
ReplyDeletees broma, ladies, carambas!
enhorabuena por el Tomi!
No la pasaba nada mal el chúcaro!
ReplyDeleteQue le aproveche.
polenta con pajaritos...
ReplyDeleteSiempre, al leer las historietas de el Tomi, sospeché que vivía rodeado de las mejores minas.
ReplyDelete¡Esta escena me lo confirma!
¡Bravo por él!
Aquí estoy de nuevo:
ReplyDeleteAl Chavo, cuando se emocionaba, se le cruzaban las palabras. Me acuerdo que una vez vio un platillo volador y gritó -¡Un volillo plateador!-. Ahora también recuerdo a un amigo que entró exaltado al bar, le pregunté que le pasaba y me contestó descontrolado -¡Me bicicleteó una tropelleta!-. A mi también me suele ocurrir, por ejemplo cuando me veo ahí, potranquiando esa varea...perdón... variando esa potranca, me emociono. Gracias Oscarcito.
Grandes palabras, Tomas. Hoy llego el Menchi Sábat que trajo un libro que le hicieron en Portugal que es para chuparse los dedos y me mostro sus pinturas recientes que no sabes lo que son!
ReplyDeleteUn maestro el hombre!!